martes, 19 de junio de 2007

Palabras, palabras, palabras...


Palabras, palabras, palabras...

¡Qué facil son pronunciarlas, pero que difícil son cumplirlas!

¿Por qué engañamos una y otra vez con promesas que sabemos que no vamos a cumplir?

¡Qué difícil es decir un "te quiero", pero que fácil nos es prometer cosas!

¿Por qué somos tan egoístas que cuando ponemos en juego nuestros sentimientos nos callamos y en cambio cuando son los de otros nos da igual todo?

Palabras, palabras, palabras...

Hacemos uso de una palabrería barata para no afrontar una realidad evidente...

Es quizás la opción más fácil, pero ¿es también la más justa con nosotros mismos? ¿Y para los demás?

Me gustaría que lo que se dijera fuera desde el corazón, sería un mundo más sincero, con menos preocupaciones, con menos hipocresía...

En definitiva sería una mundo más justo con todo el mundo, ya no tendríamos más falsas esperanzas ni falsas ilusiones...

Sólo tendríamos verdad, a veces más dolorosa, a veces reconfortante, pero siempre verdad.


Objetivo: no hablar por hablar, hablar con respecto a mis posibilidades reales y sobre todo ser sincero conmigo mismo, porque si uno no es honesto consigo mismo, no lo podrá ser nunca con los demás

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